el mundial según deportes 2010

¡ESPAÑA CAMPEÓN DEL MUNDO! Y VOS LO VIVISTE CON DEPORTES 2010.

1 jul 2010

Resumen domingo 27, lunes 28 y martes 29

Alemania 4-1 Inglaterra
La venganza retro del 66, pero en colores. Alemania pasó por arriba a Inglaterra, que antes de ser goleado tuvo el 2-2 en los pies de Lampard. Pero la terna uruguaya no vio que su bochazo, tras dar en el travesaño, picó casi medio metro adentro...

Nos tomaremos una licencia. La justicia histórica y futbolera nos hará el guiño. Nos permitirá viajar desde el morbo y la sonrisa cómplice al reconocimiento a una gran Alemania, esa que –como en su debut ante Australia- hizo todo como para volver a sembrar pánico. Y nos olvidemos que ante una victoria argentina en octavos…
Fue el mejor partido del Mundial, hasta ahora. Por escándalo. Y con escándalo. Fue, sin dudas, la revancha del 66. Aquel 30 de julio, en Wembley, un tal Tofik Bakhramov, un juez de línea nacido en Azerbaiján (con el aval del suizo Gottfried Dienst, árbitro principal), convalidó un gol fantasma. En la final del Mundial, en el minuto 11 del primer tiempo suplementario, llegó desde la derecha el centro de Alan Ball y Geoff Hurst, quien había convertido el primero de los británicos, sacudió el travesaño con un derechazo, con una mediavuelta que murió detrás de Hans Tilkowski. La bocha picó muy cerca de la raya. Pero jamás entró. O, al menos, jamás ingresó en su totalidad. Incluso en 1995, con un programa informático de la prestigiosa Universidad de Oxford, se terminó de demostrar que ese 3-2 parcial (que acabaría en victoria definitiva de los ingleses por 4-2) nunca existió. El propio Hurst lo reconoció. Con el paso del tiempo, claro. Cuando la causa ya había prescrito. Esa herida jamás cerró en la historia del fútbol Mundial. Y cuando algo te pica, cada tanto viene bien una rascadita. Este 4 a 1 deja mucho para decir. Alemania lleva 15° mundiales consecutivos sin bajar del 7° puesto (con tres títulos). Inglaterra jamás había perdido por tres goles en una Copa del Mundo y sin embargo… Rápido go home. O touch & gol. O… Perdón por la licencia. Fue como en el 66, pero al revés. Fue la venganza en colores… Los ingleses la tienen atroden…
La jugada del partido sucedió en el minuto 37. De un partido que ya pintaba para partidazo y estaba 2-1 a favor de los alemanes. En un clásico del fútbol mundial (todavía, 12-11 ventaja Inglaterra en 28 enfrentamientos), en un derby entre Premier League y Bundesliga (los 46 jugadores que componen los planteles juegan torneos locales), los británicos habían arrancado mejor. Bah, intentaron vender humo desde la posesión del balón pero, las jugadas más claras, eran germanas. Calamity James, el veterano arquero de 39 años que tanto se había entrenado –y estudiado a lo Lehmann- esperando los penales (el karma inglés en los Mundiales; el paraíso para los alemanes, que ganaron en las cuatro definiciones mundialistas), le había sacado a Ozil –el Messi de Bremen, como se lo conoce- uno desde los 11 pasos pero en movimiento. Y más tarde haría lo propio con Klose. Lo concreto, más allá de los detalles, es que los Panzers lentamente iban volcando la cancha en Bloemfontein. Maquinitas humanas, tal como se habían mostrado en el debut (4-0) frente a Australia. Hasta que, cuándo no, apareció Klose y su 50° gol en la selección (12° en Mundiales, igual que Pelé, para quedar a tres de Ronaldo, el máximo artillero desde 1930 hasta hoy).n algún punto, era la reivindicación del pobre Tilkowski, quien hoy –a punto de cumplir 75 años- se dedica a recaudar fondos para Unicef y distintas entidades benéficas: el gol del polaco Miroslav llegó gracias a una asistencia –tras un saque de arco de 90 metros- de Manuel Neuere, el 1 del Schalke 04. La bola dio un pique y Klose dejó pagando a Terry y a Upson. Era el 1-0. El comienzo del show…
Defoe había prendido la mecha en la terna arbitral uruguaya. A los 31’, un minuto antes del 2-0 de Podolski, el otro polaco que supo definir por el segundo palo a la perfección (con caño y todo sobre James) la triangulación entre Ozil, Klose y Thomas Müller, los charrúas le habían anulado al delantero inglés un cabezazo que dio en el travesaño. Era un aviso que parecía desdibujarse después del descuento inglés. A los 37’ en una ráfaga y en una mala salida aérea de Neuer, la frente de Upson se llevó por delante un centro de Gerrard para el 1-2. Parecía el único camino posible para los isleños. Tan solo con pensar que Rooney lleva 801 minutos sin convertir para su selección… La cuestión es que se envalentonaron. Y ahí llegó el principio del fin. Y la historia fue desempolvada, corregida y aumentada.
Lampard levantó la vista. Estaba parado de frente a un adelantado Neuer, a unos 30 metros del empate. El fierrazo rompió el travesaño, bajó, y picó no menos de 40 centímetros detrás de la línea. Jorge Larrionda, el árbitro principal, miró a Mauricio Espinosa, el árbitro asistente n° 2. Espinosa lo miró a Larrionda. Lampard soñó con Hurst. Flor de pesadilla… Siga siga. Y un 2-2 que jamás llegaría… Escándalo una vez más y el polémico versito de la tecnología en el fútbol a punto de reaparecer. No hubo ojo de águila. Hubo un simple ojo por ojo en octavos de final…
Los ingleses fueron por el empate apenas iniciado el segundo tiempo. Exigían ver la repetición. O, por lo menos, la repetición de sus mentados viejos tiempos. Bien Gerard, bien Lampard, atento Defoe, pero los alemanes tiene a un jugador no polaco que también se merecía una mención a pesar de que el juego ya se había desvirtuado… Se llama Thomas Müller, tiene 20 años, y fue campeón con el Bayern Munich de Martín Demichelis. Fue la gran figura de la tarde sudafricana (elegida también por la gente). Y no sólo por la asistencia del segundo gol. Supo cerrar el partido con dos contragolpes letales. A los 21’, después de una pelota parada germana, la pelota voló por debajo de área a área. Schweinsteiger por izquierda hizo la pausa justa para que Müller haga de James, verdaderamente, una calamidad. Tres minutos después, por si quedaban dudas de quién superaría el duelo, Ozil ganó la banda zurda, dejó parado a Barry, mandó un centro con caño y todo para Cole y, cuándo no, el pibiten Müller fusiló desde el punto penal. 4-1 y hasta lueguen. Para lavar una sucia e inconclusa historia. Para que los alemanes vuelvan a pensar en su cuarto título mundial. Para que los ingleses vuelvan a pensar en cerveza. Y en volverse rápido a casa…
El línea Bakhramov murió hace 17 años. Hurst, con sus 68 pirulos, es miembro de la Orden del Imperio Británico, director de la escuela de fútbol de una popular casa de comida rápida, y seguro pronto dirá que –esta vez- la pelota entró. Ya no les queda nada por hacer. Los ingleses la tienen adentren… Como la de Lampard.


Argentina 3-1 México
Tevez, el jugador del pueblo según Diego, la metió dos veces y selló el pasaje a cuartos de final. Higuaín, goleador del Mundial, hizo el otro. Alemania espera como en el 2006. Que el sábado (a las 11) nos toque a nosotros pasar a la semifinal. Ojo: hay que mejorar.

Paso a paso, muchachos. Pero qué sufrimiento en los primeros minutos, eh. Casi locales en el Soccer City, cómo se festejó este triunfo. Que da para ponerlo en un cuadrito por el resultado y por el poder de fuego que la Selección tiene de tres cuartos de cancha hacia arriba, pero pensando no tanto en lo defensivo. Es que otra vez se sufrió en el retroceso, otra vez le generon situaciones de gol a esta Selección que tiene un sello ofensivo. Se ganó y otra vez se viene Alemania, como en el 2006, y ahora hay que poner la bocha bajo el pie y seguir trabajando. Lo sabe Maradona, lo saben todos.
Era chivo México, sí, quién no es chivo en un octavos de final de Mundial. Y venía complicado al principio, le costó hacer pie a la Selección contra un rival que trató de imponerse, que trató de atacar, que incluso hasta presionó y ensució la salida. Es más, el Tri tuvo dos claras de gol al principio, un tiro el en travesaño y otro que pasó cerca. Hasta que a los 25 se empezó a abrir el partido con una mano del juez y del asistente, de los tanos: el gol de Tevez en claro offside descontroló a México y le dio confianza a la Selección, que desde ahí empezó a ser otra.
Ya con el 1-0, ya arriba, hubo más tranquilidad. Y demostrando el poder de fuego, otra vez un gol que vino de arriba: falló al salir jugando el defensor Osorio, la agarró Pipita Higuaín y no perdonó con una definición exquisita. Golpe de casi KO, fiesta total, celebración con Maradona. Y un rival que terminó descontrolado, que cedió la iniciativa, que ya no fue el del principio y que ya no preocupó... salvo cerca de los bancos cuando se armó un tumulto entre los jugadores.
En el segundo tiempo arrancó todo tranquilo. Ojo, siempre con complicaciones en el retroceso, cuando le salieron de contra. Y sin tanto dominio de pelota, como en anteriores partidos. Hasta que el asunto se liquidó con el derechazo de Tevez, este Carlitos explosivo que le dio de afuera con una potencia inusual, que la clavó en un ángulo para el 3-0, que le respondió a Maradona, que apostó por él.
Estaba todo liquidado y pintaba para goleada. Pero la Selección se cansó un poco, retrocedió y le empezaron a llegar más seguido. Dejando espacio entre las líneas, algo más relajado por la ventaja, México merodeó el área hasta que descontó con el gol de Hernández. Algo más de nervios hubo con ese 1-3, más ante cada acercamiento al área de los mexicanos. Pero fueron más acercamientos que jugadas de peligro, salvo cuando Heinze la sacó en la línea. Y la Selección se dedicó a regular, a guardar fuerzas para los cuartos, que serán duros contra los alemanes.
Final sereno el de la Selección. Con un equipo que otra vez mostró su potencial arriba. Con un Tevez que por fin apareció para meterla. Con un Messi discontinuo aunque siempre enganchado (ya te va a llegar el gol, Leo) y generando temores en el rival, un 10 que sintió la ausencia de Verón y se tuvo que tirar demasiado atrás para encotnrar la pelota. Con una Argentina que, como en el 2006, sacó a México en octavos. Que como en el 2006, va por Alemania en cuartos. Esperemos que esta vez nos toque a nosotros.


Holanda 2-1 Eslovaquia
El crack holandés al fin fue titular y, desde su zurda, Holanda se pareció a la que puede ser. Con un golazo de Arjen y otro de Sneijder (Vittek descontó y alcanzó a Higuaín), la Naranja ahora espera en cuartos de final a Brasil. ¡Qué partido!

Holanda, qué tal. Acá estoy yo. Después de una primera fase que gané cómodo, pero sin brillar, sabía que necesitaba un plus si quiero ser candidato por lo que hago y no por lo que puedo dar. Y ahora sí. Ya lo tengo a Arjen Robben, el mejor de los buenos jugadores que tengo del medio hacia adelante. Por eso, sueño. Porque ahora, tengo con qué.
“Empezó el Mundial” para la Naranja. Y en el primer cruce, a todo o nada, fue todo. Todo de Robben. Quedó claro que juega a otra cosa cuando el zurdo del Bayern Munich está en el césped. Está en una manera de decir: a veces flota, a veces vuela. Con el peladito en un nivel muy alto tras la lesión que obligó a esperar hasta hoy para verlo por primera vez como titular en esta Copa del Mundo, Holanda casi no sufrió para superar a Eslovaquia y meterse entre los ocho mejores.
Un lindo contraataque mostró el poderío del equipo que dirige Van Marwijk. Gran bocha de Sneijder y lindo arrastre de marcas de Van Persie para que Robben dibujara un golazo. Made in Messi, para quienes no lo tienen muy visto al holandés, pero también marca registrada de este extremo que es compañero de Demichelis en el Bayern Munich: enganche desde la derecha hacia el centro y zurdazo preciso, entre seis piernas rivales, imposible para el arquero.
Ya en ventaja, Holanda manejó el ritmo, los tiempos. Durmió el juego cuando lo necesitó y aceleró con Robben para asustar. Hizo otra igualita en el arranque del segundo tiempo, pero con un remate hacia el segundo palo que Mucha alcanzó a desviar con ídem elasticidad. Eslovaquia parecía estaqueada. El 0-1 lo eliminaba del Mundial, pero no había reacción. Recién tras el 2-0 de Sneijder, luego de que Kuyt aprovechara un error del arquero, los eslovacos empezaron a apretar. Y ahí, Holanda mostró que además de un zurdo distinto, tiene un par de guantes interesantes: dos tapadas, a Stoch primero y a Vittek después, en un lapso de un minuto.
El descuento de Vittek, tras un penal de Stekelenburg a Jakubko, sólo sirvió para decorar el resultado y para que el centrodelantero eslovaco empatara a Higuaín en la tabla de goleadores del Mundial. Pero ya no tendrá chances de pasarlo. Holanda tuvo Robben para dejar afuera a Eslovaquia. Y ahora se le viene Brasil.


Brasil 3-0 Chile
Brasil borró a Chile del Mundial: 3-0 sin pasar sobresaltos. Los goles: Juan y Luis Fabiano en el primer tiempo; Robinho lo liquidó en el segundo. Ahora, los de Dunga van contra Holanda en cuartos. El Loco y la Roja a casa.

Esto es Brasil. Históricamente es Brasil. Una selección que comienza a jugar los mundiales en octavos de final y que siempre los termina cuándo ellos mismos lo decidan. En el 90 la fortuna no estuvo de su lado y se fueron injustamente en octavos. Desde entonces nunca bajaron del sexto lugar y en este 2010 ya se metieron entre los ocho mejores del Mundo. En la previa se preveía un partido cerrado, parejo y con chances para que Chile haga historia. Y así fue en los primeros 30 minutos, cuando la selección de Bielsa logró controlar a los laterales brasileños. Pero claro, bien en la obstrucción, perfecto en el cierre de los caminos, aunque se olvidó de un dato clave para ganar el partido. Encontrar la manera de generar al menos una situación clara de gol. ¿Se olvidó, o fue Brasil quien esperó hasta encontrar el cabezazo de Juan?
Chile hizo lo que pudo y sucumbió ante el talento brasileño. Le bastaron dos jugadas, una de pelota parada y la otra una combinación exquisita, para sentenciar un partido de octavos de final como si se tratase de un mero amistoso. La Roja nunca encontró la respuesta a esa superioridad técnica que tuvo el Scracht. Intentó Marcelo Bielsa con dos movimientos tácticos en el complemento. Metió a Valdivia y a Tello con la idea de tener más el balón y poder llevarle algo de juego a Suazo. Lo logró por momentos en el comienzo de la segunda parte, pero encima contó con un Suazo muy lejos de su nivel y por eso desperdició una porción de partido que le fue favorable. Brasil prefirió regular y ver qué proponía Chile en el complemento. Hasta que en una contra decidió cerrar el partido y ya pensar en Holanda. Robinho hizo un golazo para decorar una goleada tranquila, que sólo puede explicarse en el talento de una selección que por momentos sobra los partidos. Tratar de analizar esta nueva victoria brasileña desde lo táctico, sería cometer una injusticia con quienes mejor juegan al fútbol.
Se despidió Chile del Mundial. Con la frente alta, con el deber cumplido y sabiendo que se llegó hasta dónde se pudo. Queda una propuesta sincera, pensando en el arco de enfrente y nunca especulando, más allá del rival y el momento. Sigue Brasil, como siempre, en un Mundial que ya lo encuentra dentro de los ocho mejores y que de mantener este nivel, seguramente lo encontrará en una nueva final.


Paraguay 0 (5)-(3) 0 Japón
Los paraguayos convirtieron los cinco mientras que el remate del japónes Komano fue al travesaño de Villar. Después del 0-0, el equipo de Martino pasó un cruce cerradísimo y avanzó a cuartos de un Mundial por primera vez.

Hubo una barra que se activó justo a tiempo. Y no fue la paraguaya, que no dejó de alentar. En Pretoria, en Asunsión, en todo el territorio guaraní, en la Argentina…
La barra salvadora mide, como todas, 7,32 metros pero ésta, sagrada, se acuesta sobre dos palos blanquitos que descansan en uno de los lados del Loftus Versfeld Stadium. El travesaño se apiadó de la Albirroja, le dio una mano gigante cuando el tiempo suplementario ya se había consumido otros 30 minutos de terror y el 0 a 0 estaba escrito con tinta indeleble. El Tata Martino jamás pensó en esa chance. Quiso definirlo mucho antes. Por eso, no dudó en sacar a Néstor Ortigoza, volante central del Argentinos campeón y un tipo que, desde los 11 pasos, es garantía al 100%. Tampoco, jugando con la línea del tiempo, estaba José Luis Félix Chilavert, viejo protagonista en los dos lados del mostrador. Y vale el ejemplo. Porque Paraguay hizo historia. Por primera vez en su vida deportiva, se metió entre los ocho mejores equipos del mundo para que Conmebol aporte una presencia del 50% en cuartos de final. Los libros harán responsable del 5 a 3 definitivo en la tande penalera a Yüichi Komano, zaguero del Jubilo Iwata de su país, quien reventó el larguero en el tercer intento oriental. Aunque debajo de los tres palos, vale decirlo, estaba Justo Villar, el ex Newell’s quien terminó como suplente en el descendido Valladolid por bajo rendimiento… Vaya casualidad, ¿no? Con Villar en el arco, Paraguay pasó de carambola…
De fútbol, poco y nada. Japón arrancó con todo. A los 13 segundos, Okubo quiso sorprender a Villar y, tres minutos más tarde, Villar le tapó un tiro al pobre Komano. Paraguay tuvo dos buenas acciones gracias a Lucas Barrios, en su mejor partido en esta Copa del Mundo (desde la participación colectiva y las chances de gol) y a Roque Santa Cruz. Pero fue a los 21’ cuando Matsui empezó a darle protagonismo al travesaño. Lo vio a Justo un poquito adelantado y lo probó desde 25 metros. Fue un aviso.
El juego fue virando, con el paso de los minutos, a los bochazos al área, a la búsqueda de un cabezazo mítico (fuere de quien fuera, cualquiera que clasificase se metería por primera vez en los cuartos de final de un Mundial), y a dos arqueros (Kawashima y Villar) que no dudaban en salir a cortar y a llevarse puesto al compañero de turno que se les atravesara… Así las cosas, entre tanta desprolijidad y con el miedo escénico que lentamente los iba contagiando (y la lógica, ya que empataron cuatro de los siete partidos de un historial que se abrió recién 1999), se fueron refugiando en el cero aunque sin entregarse del todo a los penales. De hecho, en el último tiempo suplementario, Da Silva y Tulio Tanaka se repartieron un par de testazos que rondaron el arco sin mucho peligro. Y bajaron rápidamente la persiana. Le entregaron la gloria a los penales. Y en esa timba a suerte y verdad, Komano quedó escrachado, Tacuara Cardozo en la tapa de los diarios con su disparo decisivo y excelentemente pateado abajo y a la izquierda de Kawashima, y el travesaño haciéndole un guiño cómplice a Villar, al Tata Martino, y a todo el pueblo paraguayo. Justo, la mejor carambola del Mundial…


España 1-0 Portugal
¿Cristiano Ronaldo el mejor 7? No, David Villa, que quebró el cero ante Portugal y llegó a cuatro goles en el Mundial (puede meter más como Higuaín). España ahora va con Paraguay en cuartos. Y por este lado viene el posible rival en semi.

Pues sí, estos tíos ya están en cuartos. Pues sí, ganaron con un gol delicioso. Pues sí, España tiene individualidades como para generar inquietud en cualquier rival, aunque la mayor alarma se enciende con David Villa. Pues sí, Portugal quedó eliminado con justicia, pero el gran fracaso tiene nombre, apellido y un aura marketinera que ya cansa: Cristiano Ronaldo. Pues sí, España se metió en los cuartos de final, aunque puede pasar más de un cuarto de hora jugando como un equipo común y corriente si el rival le interrumpe la conexión entre Xavi e Iniesta. Pues sí, España podría chocar contra la Selección argentina en un eventual cruce en las semifinales. Pues sí, con el correr de los partidos, ese halo de imbatibilidad se debilita cada vez más.
La preciosura previa al gol de Villa fue la única que España consiguió elaborar durante el encuentro. Claro: con una le alcanzó. Allí radica el peligro. También la limitación. Tuvo remates de Villa desde afuera. Una palomita de Llorente a las manos de Eduardo. También, ya en ventaja, un zurdazo de Sergio Ramos. Pero Portugal, con más orden que progreso, supo interferir en la zona de gestación de los españoles. Y cuando el toque, la posesión, ese culto del monólogo que hace España con la pelota, no es apuntalado por un pase vertical, apenas sirve como recurso para no ser lastimado por el rival. Pero al mismo tiempo, adormece ideas. Y piernas. Y cada contraataque del oponente es una plegaria.
Esperar agazapado como hizo Portugal resuelve la mitad del problema ante un equipo como España. Pero olvidarse del otro 50% es suicidio. Los lusos intentaron que el malón se iniciara con las trepadas por la izquierda de Coentrao (de lo mejorcito de Portugal en este Mundial, junto con Tiago) o en algún bochazo para Cristiano Ronaldo (lo contrario a Coentrao y Tiago) por la derecha. Las más claras fueron un remate de Tiago que Casillas debió rechazar dos veces y un centro de Hugo Almeida que dio en la rodilla de Puyol y casi se le mete al arquero. ¿CR7? Cosa rara. Casi renuncia. Cien reproches. Si los cracks no aparecen en estos partidos, ¿cuándo? ¿Contra Liechtenstein? ¿Ante San Marino? Mucho frío.
España se puso arriba tras una ráfaga de acoso que duró tres minutos. Debía reaccionar Portugal, incluso cediendo espacios. Era hora de que CR7 liderara la recuperación. Con rabia. Con regates. Con ruido. Y nada. Sin preocupaciones, entonces, España cerró el partido con tranquilidad. Será rival de Paraguay en cuartos de final. Tiene recursos. Tiene un goleador temible. Tiene buen pie. Tiene fallas atrás, también, sobre todo por el sector de Ramos. Y si no le encuentra variantes a los cortocircuitos que los rivales pueden plantearles a la sociedad entre Xavi e Iniesta, tiene que verse obligado a jugar casi como un equipo terrenal.

Fuente: Olé

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