el mundial según deportes 2010

¡ESPAÑA CAMPEÓN DEL MUNDO! Y VOS LO VIVISTE CON DEPORTES 2010.

11 jul 2010

Resumen ESPAÑA CAMPEÓN DEL MUNDO

HOLANDA 0-1 ESPAÑA
Ganó el fútbol: España campeón por primera vez en su historia. Holanda pegó mucho, el árbitro inglés fue muy permisivo pero el equipo de Del Bosque no se achicó. Con gol de Iniesta en el suplementario, se consagró en Sudáfrica y la Copa tiene nuevo dueño.

Ganó España. Campeón, sí, por primera vez en su historia. Joder, qué campeón. De aquel comienzo espinoso contra Suiza, derrota inmerecida, a esta victoria sufrida, a los golpes, contra Holanda. El favorito, el gran candidato, confirmó en la cancha que tenía argumentos como para soñar con el título. Toque, juego del que le gusta a la gente, juego colectivo y tambíén individualidades.
Sufrió España, y cómo. Contra una Holanda que, lejos de aquéllas finalista del 74 y del 78, pegó de lo lindo. Salió a mostrarle que iba a dejar la vida en cada pelota y se pasó de rosca. Y contó con la ayuda del inglés Webb, quien fue permisivo con los holandeses, como en aquella patada terrible de De Jong a Xabi Alonso en el primer tiempo, para roja directa, sin dudas. Y hubo más palos de un equipo naranja que primero quiso mostrar los dientes y después jugar.
Ojo que la Furia pasó momentos de zozobra, más allá de los golpes. Porque Robben, en el segundo tiempo, se perdió un mano a mano que tapó Casillas. Y también tuvo un cabezazo más tarde. España llegó más y le falló la puntería (Villa, Fabregas, Iniesta antes del gol), además de cnontrarse con un arquero iluminado.
Muchas amarillas en los 120 y una roja a Heitinga (cuánto pegó este muchacho) en el suplementario que le dio el último empujoncito a España, para creer que se podía realmente, que la Copa estaba ahí. Y al toque llegó el gol de un símbolo de este equipo del toque, del fútbol que mira el arco de enfrente más allá de no descuidarse atrás: la habilitación a Iniesta y el peladito definió cruzado con una frialdad de campeón mundial.
Seguro que ésta era la final que querían jugar todos los argentinos, pero no pudo ser por razones obvias, porque es difícil ser campeón sin un equipo con todas las letras, aunque sea que se destaque por un juego defensivo. Habrá que mirar un poco a esta España de Del Bosque que ganó todos los partidos después de perder con Suiza. Que sedujo a todos con el fútbol, que jugó en algunos momentos y con su actitud de buscar el arco de enfrente. Si ganaba Holanda, esta Holanda de juego fuerte y talentos como Robben, iba a haber escándalo. Pero ganó España. Y así, no tengan dudas, ganó el fútbol.

¡ESPAÑA CAMPEÓN DEL MUNDO!
Y VOS LO VIVISTE EN LIGACUCMUNDIAL

Resumen tercer y cuarto puesto

Uruguay 2-3 Alemania
El tiro libre de Forlán pegó en el travesaño y dejó tercero a Alemania, en la última jugada de un partidazo. Pero los uruguayos igual hicieron un Mundial histórico. El cabezazo de Khedira hizo festejar al verdugo argentino.

Esa pelota que vuela mansa, soplada por todo el paisito más los vecinos de zonas aledañas, se lleva la última ilusión de Uruguay y toda Sudamérica. La pelota enviada por Diego Forlán revienta el travesaño. No hay más tiempo. No fue poco: Uruguay volvió a la vidriera grande del fútbol mundial con una Copa del Mundo que no se empaña en lo más mínimo por más que la última bola reviente el travesaño y se pierda por los altos del cielo de Port Elizabeth.
En un partido emocionante de punta a punta, como suelen ser los del tercer puesto, porque se liberan las tensiones y se suelta el fútbol, Uruguay le peleó con sus mejores armas a la poderosa Alemania que había borrado del mapa a la Argentina, hace una semana. Al gol tempranero de Moller, que se anotó entre los goleadores del torneo con cinco unidades, lo siguió la reacción de Uruguay. El control del juego pasó de un lado a otro, constantemente, con equivocaciones que se facturaban en los arcos.
Pero en el marco de un partido vibrante de punta a punta. El equipo del Maestro lo dio vuelta, se puso 2-1, falló Muslera en un centro y vino el empate, en un córner muy cerquita del final se volvió a dar vuelta la taba… Alemania fue tercero en Sudáfrica 2010. Uruguay, toda una sorpresa que ya tiene un lugar en la historia. Y todos sus jugadores, salvo Luis Suárez (señalado por la mano ante Ghana), se llevaron los aplausos como premio. El más grande va a ser cuando lleguen a Montevideo...


Fuente: Olé

Resumen semifinales

Holanda 3-2 Uruguay
Holanda vuelve a una final después de 32 años y lleva 24 partidos invicto... Lo tenía en el bolsillo con el 3-1, pero los uruguayos descontaron y lo pelearon hasta la última pelota, con todo el orgullo charrúa en un Mundial histórico.

Fue de Holanda, pero vale Uruguay. Y cuánto vale, Uruguay, el haber llegado a unas semifinales después de tanto tiempo. Vale haber remontado el 0-1 tempranero, con aquel zurdazo de Gio Van Bronckhorst. Vale haber peleado hasta el final, haber hecho tambalear a los de color naranja cuando el partido parecía definido. Vale haber peleado con la marca de Alvaro Pereira y Diego Pérez en el medio. Vale tener un crack como Forlán, que otra vez apareció en un partido determinante, metiendo el 1-1 con la pierna menos hábil, con la ayuda del arquero. Vale haber tirado esos pelotazos soñadores en el descuento, después de ponerse a tiro con el 2-3. Vale igual, Maestro. Siempre duele perder y más en una semi, pero así duele menos, seguro. Es el orgullo charrúa.
Vale también lo de Holanda, que sufrió estando 1-1, que le costó definirlo, que pasó momentos de zozobra cuando estaban empatando y también cuando Uruguay puso el 2-3 inesperado, cuando parecía rendido el rival. Vale porque tiene jugadores de buen pie que en cualquier momento pueden aparecer, como Sneijder y Robben, quienes hasta sus goles no habían mostrado su potencial, no habían sido determinantes. Vale Holanda volver a una final de un Mundial 32 años después de Argentina 78.
A cancha llena en Ciudad del Cabo, con muchísimos holandeses que se mantuvieron en silencio hasta recién después del tercer gol, Uruguay cayó de pie contra un rival que lleva un invicto impresionante. Que no luce, ordenado, con buena recuperación y con algunas individualidades, aunque algo flojo atrás, vulnerable, como quedó demostrado en el descuento de Uruguay. El sistema de este nuevo finalista es sencillo, más pragmático que romántico: 4-2-3 (Kuyt, Robben-Sneijder)-1, con Van Persie suelto. Uruguay tampoco brilló, pero se mostró fuerte de carácter, cero temeroso y cuando estaban 1-1 merodeó el área rival y soñó con más, aunque sin chances concretas. Y en el final, en el final, araño el empate con los pelotazos al área.
Dignísimo lo de la Celeste, el equipo sudamericano que más lejos llegó. Y eficaz lo de Holanda, esta Holanda que se puso 2-1 cuando se acercaba más pero con una mano del asistente, que no vio un el offside fino de Van Persie cuando salió el tiro de Sneijder. Eficaz como en aquel cabezazo de Robben, para el 3-1. Acá pasó Naranja y ahora espera rival del continente, para repetir el duelo del 74 contra Alemania o para enfrentar a España. Con 100% de efectividad en este Mundial, el único que ganó todos, le falta el último paso. Le costó noquear a Uruguay y ahora espera feliz la chance de ser por primera vez campeón del mundo.



España 1-0 Alemania
España jugó mucho mejor que Alemania, que fue una sombra de la que nos goleó, y se metió por primera vez en una final del mundo. Con un cabezazo de Puyol, la Furia confirmó todos sus pergaminos y define con Holanda. Habrá un nuevo dueño de la Copa.

Se abrazan, lloran, festejan. Este equipo llegó para hacer historia y la está haciendo. España consiguió su primera final del mundo dejando afuera a una Alemania que venía de bailar a Messi y compañía. Control de pelota, lateralización, romper la línea cuando se puede. Los españoles pusieron en la mesa de la semifinal todo su manual para tratar de llegar a su sueño Mundial. Y se le dio.
Se le dio por insistencia, por no renunciar a su idea de jugar la pelota, porque Xavi e Iniesta juegan y hacen jugar y porque el enorme Puyol voló como nunca para hacer ese golazo de cabeza que quedará en la historia.
España enterró rápidamente la imagen avasallante que dejó Alemania en la goleada a la Argentina. En los primeros minutos, Busquets y Xavi se adueñaron de la pelota y del juego mientras los alemanes retrocedían las líneas esperando una contra para decir presente. La primera clara fue un pase milimétrico de Busquets que Villa llegó a puntear ante el buen anticipo del arquero alemán, Neuer. Era una primera señal de un equipo más decidido y con vocación ofensiva.
Alemania apostó a una contra que no apareció y le dejó manejar la pelota a Xavi e Iniesta, con lo que eso significa. Pero mientras Friedrich no perdió la marca de Villa, España no lastimó. Tuvo también un cabezazo claro de Puyol como para marcar que la historia del primer tiempo era más española.
Para tener un registro de lo tardaron los alemanes en meterse en el partido, hay que repasar que recién a los 31 minutos pateó por primera vez al arco, cuando Trochowski exigió a Casillas desde lejos.
España movió y movió la pelota pero no encontró profunidad. Alemania esperaba agazapada, lista par no perdonar ni un error. Ni Schweinsteiger ni Khedira pudieron recuperar rápido el juego y los creativos, Podolski y Ozil, no se pusieron el equipo a cargo. Recién en la última jugada del primer tiempo, Ozil metió una diagonal peligrosa que terminó con un cierre (algunos pedían penal, pero lo tocó fuera del área) de Ramos.
Alemania entendió que así no podía continuar ni sorprender. Intentó llevar el partido unos metros más cerca del arco español y tuvo su gran oportunidad cuando Kroos no aprovechó un centro-asistencia.
España, y acá su principal virtud, no renunció a su idea. Jugó, tocó, buscó y si Villa se encontró siempre bien marcado, los recursos aparecieron de un jugador símbolo del Barcelona, ícono de esta selección. Puyol no tiene el buen pie de Iniesta ni la inteligencia superior de Xavi. Pero su convicción, su actitud ganadora les da un plus a los equipos en los que juega. Y por eso, encontró la forma de que los alemanes no pensaran en él y apareció volando (sí, volando) para meter un cabezazo feroz en un centro.
Iniesta siguió con sus fantasías y los españoles pudieron cerrar el partido con mayor diferencia. Pedro no pudo, tampoco el Niño Torres cuando ingresó... Alemania se quedó a kilómetros del partido perfecto que le jugó a la Argentina. Se encontró con la Furia de España y no supo qué hacer.



Fuente: Olé

5 jul 2010

Resumen cuartos de final

Holanda 2-1 Brasil
Brasil ganaba 1-0 con gol de Robinho y le daba flor de paliza a Holanda, pero hubo un Naranjazo histórico en Port Elizabeth: Sneijder lo dio vuelta con dos goles en 15 minutos y mandó a la casa al Pentacampeón, que terminó con Felipe Melo expulsado y al filo de la goleada. En la Argentina se gritaron un poquito...

El centro cayó al área como tantos otros. Lo mandó Sneijder casi por inercia. Sin la fuerza ni la decisión ni la rosca que le metía en el Inter campeón de todo. Porque Holanda había perdido la fe, aunque faltaba mucho aún. Holanda era, una vez más, el versito del equipo que juega lindo pero mira las finales por televisión. Que Robben, que Van Persie, que el fantasma inalcanzable de Cruyff, de Van Basten, de Gullit, que…
Brasil lo esperaba sentado en una silla. Habían sido 52 minutos de dominio puro, de paliza futbolística, táctica y psicológica, de tiqui tiqui arriba y de tranqui tranqui abajo. Porque este Scratch de Dunga, hasta hoy, hasta las 12 y pico argentas, hasta las 17 y algo de Port Elizabeth, no sólo hacía estragos en ofensiva. Abajo, también te mataba. Y no se trataba sólo de sus magníficos laterales que pisaban el área y te ajusticiaban. Al fin, habían encontrado un sistema de juego sólido que permitía, sin ponerse colorado, defender con siete y como postre, ser recibido por Julio César, el mejor arquero del mundo. Claro, todo este castillo de arena se desmoronó. Hasta que Sneijder hizo llover.
Hizo llover un centro y desató una inundación. Las lágrimas comenzaron a aflorar. En Sudáfrica, en Río, en San Pablo, en Maluco Beleza… La tristeza no tuvo fin. JC, o melhor goleiro do mundo, salió a cortar ese bochazo obligado de Sneijder, Felipe Melo rozó la pelota en su trayectoria hacia el arco, lo terminó de confundir y… El espejo del fútbol mundial se rompió en mil pedazos. Aunque fuese simplemente el 1-1 parcial. Hasta ahí llegó Brasil. Se desmembró. Quedó groggy. Nocaut. Atontado. Jamás pudo soportar su propio error. Aunque luego, por lo visto, lo repitió. Bajó los brazos. Y ni que hablar con el segundo gol de Sneijder, con dos cabezazos en el área tras el centro de Robben y la peinadita Zubeldiana de Kuyt, con el 2-1 a falta de 23 minutos... Y con los brazos abajo, levantar la Copa se complica…
Dunga había sacado dos veces a Holanda del Mundial. En 1994, también vestidito de azul, y en 1998. Dicen que no hay dos sin tres pero… Estuvieron cerca. Y eso que Holanda, la primera selección europea en clasificar a Sudáfrica 2010, se estaba descascarando, como la Naranja misma. Se secaba. No tenía una gota de lujo ni de prestigio. Ese invicto de 23 partidos (18 triunfos y cinco empates, registrando la última derrota frente a Australia en Eindhoven, en septiembre 2008) parecía evaporarse. Encima debía ir por su quinta victoria al hilo en la Copa frente a un Brasil todopoderoso que sólo había perdido un partido en los últimos 30 juegos (y en la altura de La Paz, Bolivia), frente a Paraguay, por Eliminatorias, el 15 de junio de 2008… ¡Más de dos años!
Los holandeses, salvo los primeros dos partidos de un mano a mano ante Brasil que comenzó en 1963, en Amsterdam, venían cuesta abajo. Desde aquel triunfo, el segundo, en la segunda fase de Alemania 74, el Scratch llevaba siete juegos sin caídas frente a los Tulipanes. Pero la historia se prendió fuego aunque, de entrada, los fósforos los tenía la Verdeamarelha. Pudo haber sido peor. A los 9’, Felipe Melo, un habitual raspador, le metió al picante Robinho un pase a lo Bochini, a lo Román, a lo Alonso, a lo… A lo que vos quieras. Lo dejó solito ante una línea de cuatro que se durmió. El compañerito de Carlos Tevez en el Manchester City acomodó el derechazo sin pensar. Le dio como venía y dejó pagando a Stekelemburg. A partir de ahí, el juego se empezó a definir y dos admiradores del jogo bonito empezaron a darse como en la guerra. Con carpa, pero se sacudieron de lo lindo. El Fair Play podía esperar… ¿Cuántos goles más podía hacer Brasil? Dani Alves, Maicon, Kaká, creyeron tener una buena respuestas con sus intentos al hueso. Pero Stekelemburg tendría otros planes, aunque los diez de naranja que tenía adelante no colaboraban…
Sneijder era el hombre, sin dudas. Robben, morfón. Van Persie, lleno de hambre. A los 4’ del segundo tiempo, Wesley la agarró mordida… Tres minutos después, llegó el centro de la muerte. Brasil estaba abombado. Y así y todo, lo tuvo Dani Alves y también Kaká, a colocar. Sin embargo, no era el día de Brasil. Parecía más el día del Estudiantes de Zubeldía. Para muestra bastó un gol: córner de Robben, peinadita de Kuyt en el área chica y, también de cabeza, arremetida de Sneijder, ahora sin dudas de la autoría de su obra, para el 2-1 definitivo. ¿Cómo respondió el Scratch a semejante cachetazo? Con anarquía y con una tarjeta roja, cinco minutos después, a Felipe Melo por un feo pisotón a Robben, quien yacía en el pasto…
Los últimos trabajos de parto encontraron a Brasil perdido y a Dunga esperando cómo sería su recibimiento en el Galeao, en el Guarulhos, cómo lo trataría la prensa y el pueblo después de un golpe tan grosso, más allá del olor a injusticia que reinaba en el ambiente… Lucio, in extremis, metió una volea interesante; a Kaká lo postergó justito Ooijer, y también Stekelemburg debió ensuciarse un poco más tras un córner que pintaba olímpico. Luego Gilberto Silva, de cabeza, le perdonó la vida. Y no hubo mucho más. Aunque claro, Holanda sobre el descuento también pecó de generosidad. Llegó un momento en que no sabían si hacer tiempo, si tocar la pelotita, si meter el tercero, si…
El japonés Nishimura disipó las dudas con el pitazo final. Por segunda Copa del Mundo consecutiva, Brasil se quedaba afuera en cuartos de final. Parecía inconcebible que el pentacampeón mundial dejara Sudáfrica de esa manera. No habrá sido un Maracanazo ni el debut y despedida a manos españolas de 1934. Ya fue. Hasta aquí llegó el amor, Scratch. Holanda ya está entre los cuatro del mundo. Si se anima, irá por más. O sino también tendrá su revancha. Brasil 2014 será la próxima cita. A esa altura del partido, quién sabe cuántas piezas seguirán estoicas en el museo…




Uruguay 1 (4)-(2) 1 Ghana
Muslera atajó dos penales y el Loco Abreu ¡la picó en el último! para meter a Uruguay en la semi ante Holanda. Fue drámático: la Celeste casi lo pierde en el último minuto del suplementario, pero Suárez manoteó la bola (vio la roja, claro) y Gyan reventó el travesaño...

¿Será una exageración afirmar que todos sabían que Abreu iba a picar el último penal, menos los ghaneses? Fue otra muestra de insanidad del Loco más loco de este Mundial. Casi no había tocado la pelota desde que entró. Pero el destino le guardó un capítulo enorme. Lo pateó a lo Zidane en la final de 2006, aunque el recuerdo del cabezazo de Zizou haya tapado semejante genialidad. Picala y que no vuelva. Lo de Uruguay no rozó el milagro: directamente se zambulló de cuerpo entero en un final épico, inolvidable.
Porque el partido se iba a los penales hasta que, en el último minuto del tiempo suplementario, Gyan empujó una pelota que quedó flotando en el área chica. Suárez la sacó en la línea. El rebote lo cabeceó Adiyiah. Era gol. Suárez la manoteó. Penal y roja. Increíble. Gyan, quien no había fallado en sus dos ejecuciones en el Mundial, reventó el travesaño. Más increíble todavía.
Muslera fue el héroe de la definición al contener los remates de Mensah y Adiniah, los dos al mismo palo, su palo izquierdo, como Goyco en la definición ante Italia en el ’90. Entre uno y otro, Maxi Pereira pinchó una nube. Le tocaba a Abreu. La iba a picar. Lo sabía. Se sabía. Pero que esa decisión haya sido intuida, anticipada, no hace más que agigantarla. Kingson para un lado y la bola, flotadita, que vuela, que acaricia la red. Uruguay, este Uruguay que debió clasificarse después de un Repechaje, está en las semifinales de un Mundial después de 40 años. Es cierto, la llave lo ayudó. Pero venció a Corea del Sur con justicia. Y en un partido parejo, tuvo más temple que Ghana.
De poco sirve, ahora, recordar ese par de jugadas de los africanos en el primer tiempo. Ese frentazo de Boateng, uno de los más estéticos que se vieron en Sudáfrica 2010, apenas desviado. La pirueta de, otra vez, Boateng. El peligro que condensó Gyan. La bomba de Muntari que le hizo pagar un precio alto a Muslera por dar un paso de más hacia su derecha. Qué uruguayo ahora pensará en ese terceto de situaciones que desperdició Suárez en la segunda etapa. El gol de Forlán, de tiro libre, ya había empatado la historia. Entonces, era cuestión de ver qué más había en el arcón.
Y hubo un suplementario de piernas entumecidas y corazones palpitantes. Con un par de llegadas por aquí y otro par por allá. Hasta que llegó el manotazo de Suárez y el beso al travesaño de Muslera. Hasta que llegó la perla de Forlán. Hasta que lo que parecía el final, mutó para convertirse sólo en otro principio...




Argentina 0-4 Alemania
Argentina chocó con la solidez alemana y se despidió del Mundial en cuartos, como hace cuatro años. Esta vez fue peor por la paliza. El gol de Müller a los dos minutos pegó fuerte, Diego no encontró respuestas y Klose liquidó el partido. Hasta acá llegamos...

Sudor y lágrimas. Tristeza. Cuánta tristeza. La Selección afuera del Mundial, otra vez en cuartos de final. Con Maradona como técnico. Toda la ilusión al tacho de basura, ya fue. Qué sensación en el Green Point, qué sensaciones, qué dolor. Y no sólo por el resultado sino por cómo se dio, por cómo nos sacó Alemania. Fue una eliminación con paliza, lamentablemente una paliza histórica que empezó rapidito, con aquel error a los dos minutos de Otamendi que fue el primer mazazo, del 1-0. Desde temprano todo arrancó mal y casi nunca hubo serias chances de llegar al empate.
Maradona dijo que era un pecado cambiar y no cambió, quiso plantear un equipo ofensivo. Pero casualmente el que atacó, incluso hasta después del 1-0, fue Alemania. Como un equipo sudamericano, supo tener la pelota, supo ser horizontal y también vertical. Supo jugar como un equipo con grandes actuaciones individuales: bien Podolski complicando siempre por la derecha, certero Klose, inteligente Ozil para tener la pelota y terrible Schweinsteiger también, aquél que provocó en la previa.
Con el 0-1, Alemania tuvo varias situaciones para estirar la ventaja pero falló en la definición. Sólo en ese final del PT la Selección estuvo más cerca, más que nada merodeando el área rival, sin generar peligro real. Sin cambios en el segundo tiempo, fue en los primeros 15 cuando la Seleccíón se sintió más cerca del empate, con una Alemania que se metió muy cerca de su arquero. Igual, más allá de la presión, de la garra que le puso Mascherano en el medio, de las ganas de apretar, sólo la Selección llegó con tiros desde afuera que agarraron a un arquero muy seguro. No hubo ningún mano a mano, claro, casi ninguna para el famoso uhhhhhh en los 90 minutos.
Con Jagger (¿mufa vos?) en la tribuna, Alemania siempre dominó el partido. Siempre se supo superior y lo liquidó con el segundo gol, otra vez por el lado de Otamendi: gran jugada de Podolski y Klose, implacable, puso el 2-0. Qué carita la de Maradona, qué dolor el de todos. Messi siempre estuvo rodeado y no le salió casi ninguna, Di María no dio pie con bola hasta que cambió de punta, Pipita Higuaín estuvo desconectado y Tevez peleó contra el mundo. No se puede decir que se guardó nada la Selección, se dejó todo contra un equipo que lo pasó por arriba, que fue muy superior y que ganó en buena ley. La Argentina no fue un equipo, sino un conjunto de jugadores que con ganas intentó dar vuelta una historia contra un equipo que fue muchísimo más.
Ya casi rendido, exhausto, Alemania hizo lo que quiso. Llegó el tercero otra vez por la derecha y también el cuarto por la misma punta. Fue sudor y lágrimas lo de Argentina, con esa carita desconsolada de Maradona, abrazándose con sus hijas y consolando jugadores. Lágrimas de Messi, de Heinze, de Tevez, de Burdisso... De todos.



España 1-0 Paraguay
David Villa la metió con suspenso y España avanzó a la semi. Antes hubo show de penales: Casillas se lo sacó a Tacuara Cardozo y Villar atajó ante Xabi Alonso. Paraguay dio todo.

“En un Mundial un error te manda de vuelta…” Frase célebre en el fútbol que no deja de comprobarse en cada Copa del Mundo. Paraguay puede dar fe de eso y el propio Tacuara Cardozo lo sintió en carne propia. Es que el delantero paraguayo tuvo en sus pies la chance de aplicarle un golpe casi de KO a una España que estaba confundida y no podía entrarle a una defensa férrea y muy concentrada. Pero el penal del delantero murió en las manos de Casillas y con él gran parte de las chances de Paraguay de llegar a una histórica semifinal. Es cierto que después Villar le devolvió la vida cuando le contuvo el penal a Xabi Alonso, pero cuando perdonás a los grandes equipos…
Paraguay jugó un partido perfecto hasta ese gol de Villa. Martino meditó y diagramó el encuentro pensando que enfrente estaba una de las mejores selecciones. Jugó con Cardozo como único hombre de punta. Le pobló la mitad de la cancha y, lejos de refugiarse, salió a pelearle el partido en territorio español. Así, llegó en varias ocasiones con tres o cuatros hombres en posición de gol al área de Casillas. Lo perdió Tacuara en dos oportunidades, se lo anularon a Haedo Valdez (bien anulado por posición adelantada de Cardozo), mientras que la selección europea apenas dispuso de un par de centros. Fue claro el dominio guaraní en esa primera mitad, pero le faltó contundencia para irse en ventaja.
El predominio y la tendencia se mantuvo en el complemento. Tal vez bajó un poco la presión paraguaya producto de una merma física, pero en cada contra que sacaba la selección de Martino, le llevaba peligro al área de Casillas. España nunca se sintió cómoda con el partido. La presión que ejerció Paraguay sorprendió a los jugadores, pero Casillas le dio vida con su penal atajado, y la calidad de Villa hizo el resto. La Furia ya está en semifinales. Ahora deberá mostrarle al mundo que todas las expectativas que había alrededor de sus jugadores no fueron en vano. Se metió entre las cuatro mejores y ya igualó su mejor posición en un Mundial. Sin embargo para quedar en la historia deberá superar a Alemania y jugar por primera vez una final del Mundo. Paraguay se va de Sudáfrica con la frente bien en alto. Hizo su mejor Copa y Martino dejó los cimientos bien firmes para seguir construyendo un futuro con muchas más alegrías.



Fuente: Olé

1 jul 2010

Resumen domingo 27, lunes 28 y martes 29

Alemania 4-1 Inglaterra
La venganza retro del 66, pero en colores. Alemania pasó por arriba a Inglaterra, que antes de ser goleado tuvo el 2-2 en los pies de Lampard. Pero la terna uruguaya no vio que su bochazo, tras dar en el travesaño, picó casi medio metro adentro...

Nos tomaremos una licencia. La justicia histórica y futbolera nos hará el guiño. Nos permitirá viajar desde el morbo y la sonrisa cómplice al reconocimiento a una gran Alemania, esa que –como en su debut ante Australia- hizo todo como para volver a sembrar pánico. Y nos olvidemos que ante una victoria argentina en octavos…
Fue el mejor partido del Mundial, hasta ahora. Por escándalo. Y con escándalo. Fue, sin dudas, la revancha del 66. Aquel 30 de julio, en Wembley, un tal Tofik Bakhramov, un juez de línea nacido en Azerbaiján (con el aval del suizo Gottfried Dienst, árbitro principal), convalidó un gol fantasma. En la final del Mundial, en el minuto 11 del primer tiempo suplementario, llegó desde la derecha el centro de Alan Ball y Geoff Hurst, quien había convertido el primero de los británicos, sacudió el travesaño con un derechazo, con una mediavuelta que murió detrás de Hans Tilkowski. La bocha picó muy cerca de la raya. Pero jamás entró. O, al menos, jamás ingresó en su totalidad. Incluso en 1995, con un programa informático de la prestigiosa Universidad de Oxford, se terminó de demostrar que ese 3-2 parcial (que acabaría en victoria definitiva de los ingleses por 4-2) nunca existió. El propio Hurst lo reconoció. Con el paso del tiempo, claro. Cuando la causa ya había prescrito. Esa herida jamás cerró en la historia del fútbol Mundial. Y cuando algo te pica, cada tanto viene bien una rascadita. Este 4 a 1 deja mucho para decir. Alemania lleva 15° mundiales consecutivos sin bajar del 7° puesto (con tres títulos). Inglaterra jamás había perdido por tres goles en una Copa del Mundo y sin embargo… Rápido go home. O touch & gol. O… Perdón por la licencia. Fue como en el 66, pero al revés. Fue la venganza en colores… Los ingleses la tienen atroden…
La jugada del partido sucedió en el minuto 37. De un partido que ya pintaba para partidazo y estaba 2-1 a favor de los alemanes. En un clásico del fútbol mundial (todavía, 12-11 ventaja Inglaterra en 28 enfrentamientos), en un derby entre Premier League y Bundesliga (los 46 jugadores que componen los planteles juegan torneos locales), los británicos habían arrancado mejor. Bah, intentaron vender humo desde la posesión del balón pero, las jugadas más claras, eran germanas. Calamity James, el veterano arquero de 39 años que tanto se había entrenado –y estudiado a lo Lehmann- esperando los penales (el karma inglés en los Mundiales; el paraíso para los alemanes, que ganaron en las cuatro definiciones mundialistas), le había sacado a Ozil –el Messi de Bremen, como se lo conoce- uno desde los 11 pasos pero en movimiento. Y más tarde haría lo propio con Klose. Lo concreto, más allá de los detalles, es que los Panzers lentamente iban volcando la cancha en Bloemfontein. Maquinitas humanas, tal como se habían mostrado en el debut (4-0) frente a Australia. Hasta que, cuándo no, apareció Klose y su 50° gol en la selección (12° en Mundiales, igual que Pelé, para quedar a tres de Ronaldo, el máximo artillero desde 1930 hasta hoy).n algún punto, era la reivindicación del pobre Tilkowski, quien hoy –a punto de cumplir 75 años- se dedica a recaudar fondos para Unicef y distintas entidades benéficas: el gol del polaco Miroslav llegó gracias a una asistencia –tras un saque de arco de 90 metros- de Manuel Neuere, el 1 del Schalke 04. La bola dio un pique y Klose dejó pagando a Terry y a Upson. Era el 1-0. El comienzo del show…
Defoe había prendido la mecha en la terna arbitral uruguaya. A los 31’, un minuto antes del 2-0 de Podolski, el otro polaco que supo definir por el segundo palo a la perfección (con caño y todo sobre James) la triangulación entre Ozil, Klose y Thomas Müller, los charrúas le habían anulado al delantero inglés un cabezazo que dio en el travesaño. Era un aviso que parecía desdibujarse después del descuento inglés. A los 37’ en una ráfaga y en una mala salida aérea de Neuer, la frente de Upson se llevó por delante un centro de Gerrard para el 1-2. Parecía el único camino posible para los isleños. Tan solo con pensar que Rooney lleva 801 minutos sin convertir para su selección… La cuestión es que se envalentonaron. Y ahí llegó el principio del fin. Y la historia fue desempolvada, corregida y aumentada.
Lampard levantó la vista. Estaba parado de frente a un adelantado Neuer, a unos 30 metros del empate. El fierrazo rompió el travesaño, bajó, y picó no menos de 40 centímetros detrás de la línea. Jorge Larrionda, el árbitro principal, miró a Mauricio Espinosa, el árbitro asistente n° 2. Espinosa lo miró a Larrionda. Lampard soñó con Hurst. Flor de pesadilla… Siga siga. Y un 2-2 que jamás llegaría… Escándalo una vez más y el polémico versito de la tecnología en el fútbol a punto de reaparecer. No hubo ojo de águila. Hubo un simple ojo por ojo en octavos de final…
Los ingleses fueron por el empate apenas iniciado el segundo tiempo. Exigían ver la repetición. O, por lo menos, la repetición de sus mentados viejos tiempos. Bien Gerard, bien Lampard, atento Defoe, pero los alemanes tiene a un jugador no polaco que también se merecía una mención a pesar de que el juego ya se había desvirtuado… Se llama Thomas Müller, tiene 20 años, y fue campeón con el Bayern Munich de Martín Demichelis. Fue la gran figura de la tarde sudafricana (elegida también por la gente). Y no sólo por la asistencia del segundo gol. Supo cerrar el partido con dos contragolpes letales. A los 21’, después de una pelota parada germana, la pelota voló por debajo de área a área. Schweinsteiger por izquierda hizo la pausa justa para que Müller haga de James, verdaderamente, una calamidad. Tres minutos después, por si quedaban dudas de quién superaría el duelo, Ozil ganó la banda zurda, dejó parado a Barry, mandó un centro con caño y todo para Cole y, cuándo no, el pibiten Müller fusiló desde el punto penal. 4-1 y hasta lueguen. Para lavar una sucia e inconclusa historia. Para que los alemanes vuelvan a pensar en su cuarto título mundial. Para que los ingleses vuelvan a pensar en cerveza. Y en volverse rápido a casa…
El línea Bakhramov murió hace 17 años. Hurst, con sus 68 pirulos, es miembro de la Orden del Imperio Británico, director de la escuela de fútbol de una popular casa de comida rápida, y seguro pronto dirá que –esta vez- la pelota entró. Ya no les queda nada por hacer. Los ingleses la tienen adentren… Como la de Lampard.


Argentina 3-1 México
Tevez, el jugador del pueblo según Diego, la metió dos veces y selló el pasaje a cuartos de final. Higuaín, goleador del Mundial, hizo el otro. Alemania espera como en el 2006. Que el sábado (a las 11) nos toque a nosotros pasar a la semifinal. Ojo: hay que mejorar.

Paso a paso, muchachos. Pero qué sufrimiento en los primeros minutos, eh. Casi locales en el Soccer City, cómo se festejó este triunfo. Que da para ponerlo en un cuadrito por el resultado y por el poder de fuego que la Selección tiene de tres cuartos de cancha hacia arriba, pero pensando no tanto en lo defensivo. Es que otra vez se sufrió en el retroceso, otra vez le generon situaciones de gol a esta Selección que tiene un sello ofensivo. Se ganó y otra vez se viene Alemania, como en el 2006, y ahora hay que poner la bocha bajo el pie y seguir trabajando. Lo sabe Maradona, lo saben todos.
Era chivo México, sí, quién no es chivo en un octavos de final de Mundial. Y venía complicado al principio, le costó hacer pie a la Selección contra un rival que trató de imponerse, que trató de atacar, que incluso hasta presionó y ensució la salida. Es más, el Tri tuvo dos claras de gol al principio, un tiro el en travesaño y otro que pasó cerca. Hasta que a los 25 se empezó a abrir el partido con una mano del juez y del asistente, de los tanos: el gol de Tevez en claro offside descontroló a México y le dio confianza a la Selección, que desde ahí empezó a ser otra.
Ya con el 1-0, ya arriba, hubo más tranquilidad. Y demostrando el poder de fuego, otra vez un gol que vino de arriba: falló al salir jugando el defensor Osorio, la agarró Pipita Higuaín y no perdonó con una definición exquisita. Golpe de casi KO, fiesta total, celebración con Maradona. Y un rival que terminó descontrolado, que cedió la iniciativa, que ya no fue el del principio y que ya no preocupó... salvo cerca de los bancos cuando se armó un tumulto entre los jugadores.
En el segundo tiempo arrancó todo tranquilo. Ojo, siempre con complicaciones en el retroceso, cuando le salieron de contra. Y sin tanto dominio de pelota, como en anteriores partidos. Hasta que el asunto se liquidó con el derechazo de Tevez, este Carlitos explosivo que le dio de afuera con una potencia inusual, que la clavó en un ángulo para el 3-0, que le respondió a Maradona, que apostó por él.
Estaba todo liquidado y pintaba para goleada. Pero la Selección se cansó un poco, retrocedió y le empezaron a llegar más seguido. Dejando espacio entre las líneas, algo más relajado por la ventaja, México merodeó el área hasta que descontó con el gol de Hernández. Algo más de nervios hubo con ese 1-3, más ante cada acercamiento al área de los mexicanos. Pero fueron más acercamientos que jugadas de peligro, salvo cuando Heinze la sacó en la línea. Y la Selección se dedicó a regular, a guardar fuerzas para los cuartos, que serán duros contra los alemanes.
Final sereno el de la Selección. Con un equipo que otra vez mostró su potencial arriba. Con un Tevez que por fin apareció para meterla. Con un Messi discontinuo aunque siempre enganchado (ya te va a llegar el gol, Leo) y generando temores en el rival, un 10 que sintió la ausencia de Verón y se tuvo que tirar demasiado atrás para encotnrar la pelota. Con una Argentina que, como en el 2006, sacó a México en octavos. Que como en el 2006, va por Alemania en cuartos. Esperemos que esta vez nos toque a nosotros.


Holanda 2-1 Eslovaquia
El crack holandés al fin fue titular y, desde su zurda, Holanda se pareció a la que puede ser. Con un golazo de Arjen y otro de Sneijder (Vittek descontó y alcanzó a Higuaín), la Naranja ahora espera en cuartos de final a Brasil. ¡Qué partido!

Holanda, qué tal. Acá estoy yo. Después de una primera fase que gané cómodo, pero sin brillar, sabía que necesitaba un plus si quiero ser candidato por lo que hago y no por lo que puedo dar. Y ahora sí. Ya lo tengo a Arjen Robben, el mejor de los buenos jugadores que tengo del medio hacia adelante. Por eso, sueño. Porque ahora, tengo con qué.
“Empezó el Mundial” para la Naranja. Y en el primer cruce, a todo o nada, fue todo. Todo de Robben. Quedó claro que juega a otra cosa cuando el zurdo del Bayern Munich está en el césped. Está en una manera de decir: a veces flota, a veces vuela. Con el peladito en un nivel muy alto tras la lesión que obligó a esperar hasta hoy para verlo por primera vez como titular en esta Copa del Mundo, Holanda casi no sufrió para superar a Eslovaquia y meterse entre los ocho mejores.
Un lindo contraataque mostró el poderío del equipo que dirige Van Marwijk. Gran bocha de Sneijder y lindo arrastre de marcas de Van Persie para que Robben dibujara un golazo. Made in Messi, para quienes no lo tienen muy visto al holandés, pero también marca registrada de este extremo que es compañero de Demichelis en el Bayern Munich: enganche desde la derecha hacia el centro y zurdazo preciso, entre seis piernas rivales, imposible para el arquero.
Ya en ventaja, Holanda manejó el ritmo, los tiempos. Durmió el juego cuando lo necesitó y aceleró con Robben para asustar. Hizo otra igualita en el arranque del segundo tiempo, pero con un remate hacia el segundo palo que Mucha alcanzó a desviar con ídem elasticidad. Eslovaquia parecía estaqueada. El 0-1 lo eliminaba del Mundial, pero no había reacción. Recién tras el 2-0 de Sneijder, luego de que Kuyt aprovechara un error del arquero, los eslovacos empezaron a apretar. Y ahí, Holanda mostró que además de un zurdo distinto, tiene un par de guantes interesantes: dos tapadas, a Stoch primero y a Vittek después, en un lapso de un minuto.
El descuento de Vittek, tras un penal de Stekelenburg a Jakubko, sólo sirvió para decorar el resultado y para que el centrodelantero eslovaco empatara a Higuaín en la tabla de goleadores del Mundial. Pero ya no tendrá chances de pasarlo. Holanda tuvo Robben para dejar afuera a Eslovaquia. Y ahora se le viene Brasil.


Brasil 3-0 Chile
Brasil borró a Chile del Mundial: 3-0 sin pasar sobresaltos. Los goles: Juan y Luis Fabiano en el primer tiempo; Robinho lo liquidó en el segundo. Ahora, los de Dunga van contra Holanda en cuartos. El Loco y la Roja a casa.

Esto es Brasil. Históricamente es Brasil. Una selección que comienza a jugar los mundiales en octavos de final y que siempre los termina cuándo ellos mismos lo decidan. En el 90 la fortuna no estuvo de su lado y se fueron injustamente en octavos. Desde entonces nunca bajaron del sexto lugar y en este 2010 ya se metieron entre los ocho mejores del Mundo. En la previa se preveía un partido cerrado, parejo y con chances para que Chile haga historia. Y así fue en los primeros 30 minutos, cuando la selección de Bielsa logró controlar a los laterales brasileños. Pero claro, bien en la obstrucción, perfecto en el cierre de los caminos, aunque se olvidó de un dato clave para ganar el partido. Encontrar la manera de generar al menos una situación clara de gol. ¿Se olvidó, o fue Brasil quien esperó hasta encontrar el cabezazo de Juan?
Chile hizo lo que pudo y sucumbió ante el talento brasileño. Le bastaron dos jugadas, una de pelota parada y la otra una combinación exquisita, para sentenciar un partido de octavos de final como si se tratase de un mero amistoso. La Roja nunca encontró la respuesta a esa superioridad técnica que tuvo el Scracht. Intentó Marcelo Bielsa con dos movimientos tácticos en el complemento. Metió a Valdivia y a Tello con la idea de tener más el balón y poder llevarle algo de juego a Suazo. Lo logró por momentos en el comienzo de la segunda parte, pero encima contó con un Suazo muy lejos de su nivel y por eso desperdició una porción de partido que le fue favorable. Brasil prefirió regular y ver qué proponía Chile en el complemento. Hasta que en una contra decidió cerrar el partido y ya pensar en Holanda. Robinho hizo un golazo para decorar una goleada tranquila, que sólo puede explicarse en el talento de una selección que por momentos sobra los partidos. Tratar de analizar esta nueva victoria brasileña desde lo táctico, sería cometer una injusticia con quienes mejor juegan al fútbol.
Se despidió Chile del Mundial. Con la frente alta, con el deber cumplido y sabiendo que se llegó hasta dónde se pudo. Queda una propuesta sincera, pensando en el arco de enfrente y nunca especulando, más allá del rival y el momento. Sigue Brasil, como siempre, en un Mundial que ya lo encuentra dentro de los ocho mejores y que de mantener este nivel, seguramente lo encontrará en una nueva final.


Paraguay 0 (5)-(3) 0 Japón
Los paraguayos convirtieron los cinco mientras que el remate del japónes Komano fue al travesaño de Villar. Después del 0-0, el equipo de Martino pasó un cruce cerradísimo y avanzó a cuartos de un Mundial por primera vez.

Hubo una barra que se activó justo a tiempo. Y no fue la paraguaya, que no dejó de alentar. En Pretoria, en Asunsión, en todo el territorio guaraní, en la Argentina…
La barra salvadora mide, como todas, 7,32 metros pero ésta, sagrada, se acuesta sobre dos palos blanquitos que descansan en uno de los lados del Loftus Versfeld Stadium. El travesaño se apiadó de la Albirroja, le dio una mano gigante cuando el tiempo suplementario ya se había consumido otros 30 minutos de terror y el 0 a 0 estaba escrito con tinta indeleble. El Tata Martino jamás pensó en esa chance. Quiso definirlo mucho antes. Por eso, no dudó en sacar a Néstor Ortigoza, volante central del Argentinos campeón y un tipo que, desde los 11 pasos, es garantía al 100%. Tampoco, jugando con la línea del tiempo, estaba José Luis Félix Chilavert, viejo protagonista en los dos lados del mostrador. Y vale el ejemplo. Porque Paraguay hizo historia. Por primera vez en su vida deportiva, se metió entre los ocho mejores equipos del mundo para que Conmebol aporte una presencia del 50% en cuartos de final. Los libros harán responsable del 5 a 3 definitivo en la tande penalera a Yüichi Komano, zaguero del Jubilo Iwata de su país, quien reventó el larguero en el tercer intento oriental. Aunque debajo de los tres palos, vale decirlo, estaba Justo Villar, el ex Newell’s quien terminó como suplente en el descendido Valladolid por bajo rendimiento… Vaya casualidad, ¿no? Con Villar en el arco, Paraguay pasó de carambola…
De fútbol, poco y nada. Japón arrancó con todo. A los 13 segundos, Okubo quiso sorprender a Villar y, tres minutos más tarde, Villar le tapó un tiro al pobre Komano. Paraguay tuvo dos buenas acciones gracias a Lucas Barrios, en su mejor partido en esta Copa del Mundo (desde la participación colectiva y las chances de gol) y a Roque Santa Cruz. Pero fue a los 21’ cuando Matsui empezó a darle protagonismo al travesaño. Lo vio a Justo un poquito adelantado y lo probó desde 25 metros. Fue un aviso.
El juego fue virando, con el paso de los minutos, a los bochazos al área, a la búsqueda de un cabezazo mítico (fuere de quien fuera, cualquiera que clasificase se metería por primera vez en los cuartos de final de un Mundial), y a dos arqueros (Kawashima y Villar) que no dudaban en salir a cortar y a llevarse puesto al compañero de turno que se les atravesara… Así las cosas, entre tanta desprolijidad y con el miedo escénico que lentamente los iba contagiando (y la lógica, ya que empataron cuatro de los siete partidos de un historial que se abrió recién 1999), se fueron refugiando en el cero aunque sin entregarse del todo a los penales. De hecho, en el último tiempo suplementario, Da Silva y Tulio Tanaka se repartieron un par de testazos que rondaron el arco sin mucho peligro. Y bajaron rápidamente la persiana. Le entregaron la gloria a los penales. Y en esa timba a suerte y verdad, Komano quedó escrachado, Tacuara Cardozo en la tapa de los diarios con su disparo decisivo y excelentemente pateado abajo y a la izquierda de Kawashima, y el travesaño haciéndole un guiño cómplice a Villar, al Tata Martino, y a todo el pueblo paraguayo. Justo, la mejor carambola del Mundial…


España 1-0 Portugal
¿Cristiano Ronaldo el mejor 7? No, David Villa, que quebró el cero ante Portugal y llegó a cuatro goles en el Mundial (puede meter más como Higuaín). España ahora va con Paraguay en cuartos. Y por este lado viene el posible rival en semi.

Pues sí, estos tíos ya están en cuartos. Pues sí, ganaron con un gol delicioso. Pues sí, España tiene individualidades como para generar inquietud en cualquier rival, aunque la mayor alarma se enciende con David Villa. Pues sí, Portugal quedó eliminado con justicia, pero el gran fracaso tiene nombre, apellido y un aura marketinera que ya cansa: Cristiano Ronaldo. Pues sí, España se metió en los cuartos de final, aunque puede pasar más de un cuarto de hora jugando como un equipo común y corriente si el rival le interrumpe la conexión entre Xavi e Iniesta. Pues sí, España podría chocar contra la Selección argentina en un eventual cruce en las semifinales. Pues sí, con el correr de los partidos, ese halo de imbatibilidad se debilita cada vez más.
La preciosura previa al gol de Villa fue la única que España consiguió elaborar durante el encuentro. Claro: con una le alcanzó. Allí radica el peligro. También la limitación. Tuvo remates de Villa desde afuera. Una palomita de Llorente a las manos de Eduardo. También, ya en ventaja, un zurdazo de Sergio Ramos. Pero Portugal, con más orden que progreso, supo interferir en la zona de gestación de los españoles. Y cuando el toque, la posesión, ese culto del monólogo que hace España con la pelota, no es apuntalado por un pase vertical, apenas sirve como recurso para no ser lastimado por el rival. Pero al mismo tiempo, adormece ideas. Y piernas. Y cada contraataque del oponente es una plegaria.
Esperar agazapado como hizo Portugal resuelve la mitad del problema ante un equipo como España. Pero olvidarse del otro 50% es suicidio. Los lusos intentaron que el malón se iniciara con las trepadas por la izquierda de Coentrao (de lo mejorcito de Portugal en este Mundial, junto con Tiago) o en algún bochazo para Cristiano Ronaldo (lo contrario a Coentrao y Tiago) por la derecha. Las más claras fueron un remate de Tiago que Casillas debió rechazar dos veces y un centro de Hugo Almeida que dio en la rodilla de Puyol y casi se le mete al arquero. ¿CR7? Cosa rara. Casi renuncia. Cien reproches. Si los cracks no aparecen en estos partidos, ¿cuándo? ¿Contra Liechtenstein? ¿Ante San Marino? Mucho frío.
España se puso arriba tras una ráfaga de acoso que duró tres minutos. Debía reaccionar Portugal, incluso cediendo espacios. Era hora de que CR7 liderara la recuperación. Con rabia. Con regates. Con ruido. Y nada. Sin preocupaciones, entonces, España cerró el partido con tranquilidad. Será rival de Paraguay en cuartos de final. Tiene recursos. Tiene un goleador temible. Tiene buen pie. Tiene fallas atrás, también, sobre todo por el sector de Ramos. Y si no le encuentra variantes a los cortocircuitos que los rivales pueden plantearles a la sociedad entre Xavi e Iniesta, tiene que verse obligado a jugar casi como un equipo terrenal.

Fuente: Olé